lunes, 14 de septiembre de 2015

La Crisis de la Inmigración - surge el "nativismo."


En Agosto de Mil Novecientos Cincuenta y Cuatro, mi padre decidió, debido a un desacuerdo familiar, que abandonaríamos la casa de mi abuelo y que emigraríamos a los Estados Unidos. No era difícil en esos días: nos alojamos en la casa de la Tía Josefa, quien vivía en el "otro lado", en Tejas, y en dos semanas la solicitud de emigración que presentó mi padre fue aceptada. Así, todos lo miembros de mi familia inmediata--mi padre, mi madre, mi hermana, hermano y yo--recibimos las (entonces) nuevas tarjetas de residentes que ahora se conocen como "green cards."

Nos fuimos a vivir en una bella ciudad de la Costa del Golfo, Corpus Christi, Tejas. Era un paraíso. Nuestras maestras eran muy amables y permanecían después de horas para enseñarnos inglés; el director de la escuela me llevó a la biblioteca  me dijo que tomara dos libros pues me los podía llevar a casa como regalos para que así aprendiera más rápidamente a leer en inglés. Nuestro barrio estaba lleno de refugiados e inmigrantes de Europa; se escuchaba el italiano, portugués, alemán y francés, entre otros, pues la gente nos hablaba y nos gritaba en una cacofonía de múltiples lenguajes al advertirnos que no nos cayéramos al agua pues nos empeñábamos en jugar entre los barcos anclados en el canal del puerto.

¡Cómo han cambiado las cosas!

Los inmigrantes, no solamente en los EE. UU. sino en el mundo entero son vilificados y acusados de apoderarse de los trabajos de los "nativos"; idiotas como Donald Trump los describen como "asesinos y violadores", los policías los agreden, los guardias fronterizos los persiguen y encarcelan, y generalmente se les hace sentir que no están bienvenidos.

¡Que rápido desaparecieron los cartelones de bienvenida!

Europa, que hace apenas unos cuanto días daba la bienvenida a los refugiados del Medio Oriente, ahora ha empezado a refunfuñan que estos son demasiados. Alemania ha suspendido el tráfico de trenes entre su frontera y Austria; Hungría, comportándose como el estado autoritario que es, ha mandado más guardias fronterizos a impedir que los refugiados crucen su territorio; y Francia, tan dubitativa como siempre, ha decidido repensar su posición al respecto...de nuevo.

Inmigrantes contra inmigrantes

El rechazo de inmigrantes por gente que son ellos mismos inmigrantes o hijos de inmigrantes no es una novedad. Quien haya tenido el disgusto de ver la mala película de Martin Scorsese "Pandillas de Nueva York" o el gusto de ver el excelente documental de PBS "Los Irlandeses en América", se habrá dado cuenta del siguiente hecho histórico: los más rabiosos, vociferantes proponentes de deportación de ilegales o bloqueo de inmigrantes son antiguos inmigrantes que ahora se consideran "nativos", residentes permanentes, o ciudadanos del país en cuestión.

Esto ha sucedió desde que hemos existido los humanos en La Tierra. Me imagino que los Neandertales y a otras especies de humanos vieron con miedo y preocupación la llegada de Homo Sapiens cuando invadimos los cotos de caza. (Y, aparentemente fue más intuición que miedo pues hay indicaciones que nuestra especie contribuyó a que otras especies, como los Neandertales, desaparecieran).

En el Siglo Diecinueve, los Irlandeses "residentes" se amotinaron protestando contra la llegada de otros Irlandeses. Durante la década de 1830-1840, hubo disturbios en las áreas rurales de Estados Unidos debido a que equipos de trabajo provenientes de diferentes partes de Irlanda lucharon entre sí y con los Irlandeses "nativos" de Estados Unidos por obtener trabajos en la construcción.

En México, una vez que los inmigrantes chinos habían terminado de construir los ferrocarriles, el resentimiento contra los chinos de mexicanos creció de tal manera que la preocupación por el "flujo desenfrenado de chinos" se convirtió en un frenesí de odio que terminó en motines y masacres de inmigrantes chinos. (Los indios Yaquis eran más nativos que cualquier mexicano pero sus costumbres eran lo suficientemente "raras" para que parecieran extranjeros y por tanto también fueron masacrados.)

De acuerdo a la Wikipedia, estudios que se llevaron a cabo en el año 2000 respecto la oposición a la inmigración, muestran que este fenómeno está presente en muchos países debido a cuestiones de nacionalidad, cultura y religión. En años recientes, se ha estudiado dicho fenómeno en Australia, Canadá, Nueva Zelandia y los Estados Unidos, así como en Europa donde se culpa a la inmigración por la baja en salarios de los trabajadores más mal pagados. Es así como el "nativismo" se ha convertido en el término general para la oposición a la inmigración basada en el miedo que los inmigrantes distorsionarán y deteriorarán los valores culturales de un país.

En estudios académicos, el nativismo, asegura la Wikipedia, es un término técnico estándar. Sin embargo, quienes se aferran a la anti-imigración típicamente no aceptan el término.  En un estudio llevado a cabo en el 2010 se encontró que los "nativistas...no se consideran a si mismos como nativistas. Para ellos este término es negativo y prefieren considerarse a si mismos como patriotas.  Para los oponentes de la inmigración, la anti-inmigración es un término más aceptable.

Aún en países que fueron construidos por inmigrantes, tales como los Estados Unidos, la anti-inmigración es común. A muchos sorprendería saber que un personaje tan venerado e ilustre como Benjamín Franklin mostró hostilidad a la inmigración alemana a su amado estado Pennsylvania (el que lleva el nombre de un inmigrante, por cierto).

También hay hipocresía en la inmigración tolerada

Países como Brasil, el que, según yo, es muy tolerante en cuestiones de raza y religión, y en el que la población con diferentes mezclas raciales es significativa, los ricos y la élite siempre han querido que el país sea "más blanco." Por lo tanto, en ese país, como en Argentina y Uruguay, se promueve la inmigración "blanca" pero se desalienta la inmigración de "otras" razas.

Yo siento que algo similar está pasando en Europa ya que los medios se empeñan en mostrar a los más "blancos" de los inmigrantes (sobre todo niños de bonitos ojos verdes o azules). Se nos alienta así a sentir más solidaridad y brindar compasión a estos mientras que a los inmigrantes de raza negra los presentan como maleantes resentidos que constantemente se están amotinando y luchando contra la policía.

La ambivalencia institucional

Esta Unión Europea, que en esta cuestión, como en tantas otras, ha mostrado que está lejos de ser una unión, se muestra ambivalente respecto a que se debe hacer con este río de humanidad que fluye de este a oeste. Un día le damos la más calurosa de las bienvenidas, festejando su llegada, dándoles regalos y comida a los refugiados y el día siguiente los estamos pateando (literalmente) como esa camarógrafa húngara que pateó y tropezó a un señor que cargaba a un niño. Un día somos ciudadanos del mundo y el siguiente somos nativistas rabiosos.

Tenemos que enfrentar el problema y aceptar que somos en parte responsables de haber causado esta diáspora. Los Europeos y Americanos (en el sentido de países de América) en nuestros esfuerzos equivocado por imponer nuestra voluntad sobre el Medio Oriente y África, y en nuestra codicia por obtener sus recursos naturales y petróleo, y en el deseo de crear imperios y conquistar países, hemos creado la posibilidad de estas guerras y hemos fomentado la destrucción de culturas e identidades. 


No podemos continuar lamentándonos que nuestras economías "ya no pueden con esta carga", como lo comentó un economista en un programa televisivo. Aún si la población completa de Siria se volcara sobre Europa, representaría menos del 5% de la población de la Unión Europea.  Esta mal llamada Unión Europea tiene que, de una vez por todas, mostrar unidad y encontrar en conjunto una solución, no solamente en cuanto a la recepción de inmigrantes en varios países de la Unión Europea y no solamente el Reino Unido, Alemania y Francia, sino también ayudando a acabar con la causa de la inmigración, es decir las guerras del Medio Oriente y el despotismo y terrorismo en África, los que nosotros hemos explotado para nuestro beneficio económico y político.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La Crisis de Emigrantes, una crisis "hecha en Europa"

Antecedentes

En su libro “Lawrence in Arabia: War, Deceit, Imperial Folly, and the Making of The Modern Middle East,” Scott Anderson, un veterano corresponsal para varios servicios de noticias y quién ha visto de cerca los conflictos en el Líbano, Israel, Egipto, Irlanda del Norte, Bosnia y varios más, nos recuerda, si el título del libro no lo ha hecho ya, que los conflictos recientes en el Medio Oriente son consecuencia de la política equivocada, la codicia y los deseos de imperio de Estados Unidos y de los países europeos, sobre todo Francia y el Reino Unido.

“Antes que la mayoría,” escribe Anderson, “Lawrence parece haber aceptado el concepto moderno de que la historia es maleable, que la verdad es lo que la gente está dispuesta a creer.”

Y, seguramente, con la avalancha de información que nos llega vía los servicios de noticias en la televisión, los medios sociales de la Internet, revistas y periódicos, la maleabilidad de la historia es penosamente evidente y “la verdad” de la Crisis de Emigrantes, es lo que el público europeo y norteamericano, aturdido debido a décadas de noticieros banales que prefieren dedicar su tiempo a “reportajes” respecto lo que los niños comen en la escuela o los últimos escándalos sexuales de los políticos, que sobre los motivos político-económicos que motivaron a Estados Unidos y sus aliados Europeos a invadir Irak (véase “Guerre, mensonge et vidéo” en La Chaine Parlamentaire). (Nota: ¿Por qué será que estos interesantes reportajes se programan para la medianoche o aún más tarde?).

La maleabilidad de la Historia también es descaradamente evidente en la manea que se enseña esta en las escuelas y cómo se describe en los libros que pretenden explicarla. Por ejemplo, durante mis investigaciones para recabar material para una novela, descubrí la complicidad y entusiasta colaboración no solamente de las autoridades Francesas sino del público también en la persecución y destierro a campos de concentración de ciudadanos franceses judíos, comunistas y anti-nazis. Descubrí que no solamente no se enseña esto en la escuela sino que deliberadamente se ignora relatar en libros y artículos la historia de los muchos campos de concentración que existieron en el suelo francés, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

Esta “complicidad del silencio” no es particular a Francia. No hay país en el mundo que no se avergüence de algún capítulo de su historia e intente suprimirlo, ignorarlo o simplemente negar su existencia. Por lo tanto, no me es extraño que la gente en este país y particularmente gente con la que entro en contacto a diario ignore completamente la razones históricas de la diáspora que estamos presenciando actualmente.

Los escritos de T. E. Lawrence (Lawrence of Arabia) y de historiadores (la mayoría de ellos y ellas occidentales) nos dicen que el Medio Oriente, como lo conocemos hoy en día, fue creado, mayormente, por el Reino Unido. Fue el British Empire quien llevó a cabo la guerra contra otro imperio, el Otomán. Por lo tanto, los Británicos se sintieron, al igual que su principal aliado Francia, con el derecho de rediseñar, crear y asignar territorio a países. Fueron los intereses políticos y económicos los que guiaron a los imperios Británico y Frencés a “inventar” Iraq, rediseñar Irán, designar Arabia Saudita como reino Saudi, dar dádivas a jeques y príncipes, creando una manada de pequeños principados pobres en cultura y conocimiento político-social pero ricos en recursos naturales.

En el Medio Oriente, las potencias europeas repitieron los errores cometidos en los Balcanes. Es decir, inventar países reuniendo culturas, religiones y tradiciones altamente antagónicas, como Yugoeslavia (donde se unieron Serbios, Croatas y Bosnios musulmanes entre otros). En Iraq, instalaron un régimen represivo y minoritario Sunita para controlar una mayoría Chiíta. En Irán, instalaron y protegieron durante décadas un régimen represivo y corrupto del Shah, Mohammad Reza Pahlavi hasta que la revolución social-religiosa lo destituyó.

Respecto Palestina, Lawrence comentó en 1917 que si se permitía la creación de un estado Judío este tendría que ser creado por la fuerza de las armas y solamente se podría mantener mediante el uso de la fuerza pues estaría siempre rodeado de una abrumadora mayoría hostil. Sin embargo, con el apoyo de Estados Unidos y la complicidad europea, esto fue exactamente lo que se hizo.

En 1920, las tropas francesas derrotaron las fuerzas árabes del Reino de Siria, el rey Faisal tuvo que huir y en la Conferencia de San Remo, el reino de Siria se dividió en Siria, Líbano y Palestina, los dos primeros bajo la “protección” de Francia y el último bajo el mandato Británico. Esto llevó a décadas de revueltas que buscaban la independencia con las consecuentes y brutales represiones. La dominación política y económica perduró hasta después de la Segunda Guerra Mundial.

Todo esto es para decir que las intervenciones europeas, motivadas por razones de dominación política y codicia económica crearon una región altamente inestable política, social y económicamente. La mecha de la bomba se había encendido y solamente era cuestión de tiempo para que explotara.

La Explosion

En Marzo del 2003 los Estados Unidos y sus aliados invadieron Irak. Por razones que aún permanecen oscuras e inciertas, Saddam Hussein, el otrora aliado a quién el propio Estados Unidos había apoyado en la guerra entre Irak e Irán, fue señalado, junto con Al-Queda, como corresponsable de los ataques del 11 de Septiembre. Peor aún, se le acusaba de tener cientos, si no miles, de Armas de Destrucción Masiva (Weapons of Mass Destruction). Ni los propios servicios de inteligencia de los poderes occidentales, ni los inspectores de las Naciones Unidas, encontraron tales armas. Sin embargo, George W. Bush se empecinó en terminar lo que su padre no quiso, es decir, invadir Irak y terminar con el régimen de Saddam Hussein. Lo que consiguió con ello fue un desastre de proporciones mundiales.

Las Consecuencias

La desestabilización de la región no tardó en cambiar para siempre la configuración del Medio Oriente. Inmediatamente después de la caída de Saddam, se inició una guerra fratricida entre Sunnis y Chiías; Irán, dado que su archienemigo Irak había caído en caos completo, inició intervenciones en sus vecinos, sobre todo con la mira de reducir el poder de Arabia Saudita, gran aliado y proveedor de Estados Unidos y reino Sunita; empezó la rebelión de Siria, la Primavera Árabe vio caer a Mubarak en Egipto, Ben Ali en Túnez y Gadafi en Argelia. Bahréin, Yemen, y otros emiratos se han visto afectados o infectados por los cambios.

Las terribles guerras de Siria, Afganistán e Irak, las guerras fratricidas de Irak, Argelia, y algunos de los emiratos y la interminable intervención de Estados Unidos han creado un río de refugiados que amenaza con convertirse en un tsunami humano.

Otras partes del mundo

Las guerras del Medio Oriente han afectado más que esa región. África del Norte y África Central están en crisis. Todos aquellos países que eran el paraíso de las compañías petroleras y extractoras de materias primas, donde los poderes occidentales instalaban regímenes represivos y amigables a las compañías explotadoras, están en plena revolución o sufriendo terrorismo orientado a desestabilizar los regímenes en el poder.

The chickens are coming home to roost

Este dicho en inglés que literalmente dice que “las gallinas regresan al gallinero” implica que no hay acción sin consecuencias, que las decisiones de hoy tendrán repercusiones el día de mañana. Las ideas imperialistas de siglos pasados, la colusión entre compañías occidentales y los dictadores de países africanos, árabes, latinoamericanos, las instalaciones por la fuerza de regímenes totalitarios como los del Shah de Irán, Chile, los países de África Central, etc., han creado las condiciones de guerra y crisis que vemos en esas regiones del mundo.

A través de la dominación cultural por medio del Internet, el cine, y otros medios hemos “vendido” la idea del “American way of life” y la riqueza interminable de Europa con su unión de veinte y tantos países. Los paraísos económicos son el producto de la sistemática explotación de propios y extraños por compañías occidentales globales. Ahora, los emigrantes vienen a reclamar su pedazo de ese enorme pastel.

Un “experto” en casos de emigraciones masivas declaró en Al Jazeera, la cadena de noticias árabe, que la mayoría de los emigrantes regresarían a sus países de origen “una vez que las condiciones de los países fueran las apropiadas.” Casi me muero de risa. Hay 25 millones de mexicanos y latinoamericanos en Estados Unidos. La gran parte NO SON emigrantes sino hijos e hijas de emigrantes. Han nacido o crecido allá, se consideran Estadounidenses, no tiene relación ni ganas de regresar a México. ¿Piensa este señor que una vez que los niños árabes o africanos sean adolecentes o adultos, que tengan trabajo, estudien y se integren a la sociedad en Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, España, etc. van a querer regresar ellos o sus padres a Siria, Irak, Etiopia, Gana, Togo, etc.?

No, señor. “The chickens have come home to roost.” Estamos sufriendo las consecuencias de las acciones de nuestros antepasados y de las malas políticas económicas actuales. Ahora hay que vivir con dichas consecuencias.